viernes, 16 de mayo de 2014

GENERALIZACIONES IMPRECISAS SOBRE EL USO DE PROGRAMAS CAQ-DAS

Análisis cualitativo tradicional
Trataré en esta entrada de rebatir la posición en torno al uso de los programas CAQDAS (siglas en inglés que pueden traducirse como Análisis Cualitativo Asistido por Ordenador) que sostiene Enrique Martín Criado, sociólogo que conocí hace años y que admiro mucho.

Señala Martín Criado que la popularización de programas informáticos de análisis de textos ha suplantado la formación teórica, conduce a una mera fragmentación del texto en temas y tiene como resultado final despojar a los discursos de su sentido y no pasar de la dimensión descriptiva.


En primer lugar, cabe referirse al colectivo de investigadoras/es que más utilizan este tipo de herramientas. Por mi experiencia como docente de ATLAS.ti no me resulta difícil reconocer que tiende a ser el grupo más joven y también el que hace mayor uso de las tecnologías de la información y la comunicación. Un grupo que puede sufrir debilidades teóricas y metodológicas, resultado de carencias en su proceso de formación: ¿alguna vez nos enseñaron en las universidades cómo debemos hacer análisis cualitativo? Pero las mismas debilidades que han sufrido otras generaciones de investigadores/as cualitativos y que el mismo autor desarrolla en su artículo.


En segundo lugar, fragmentar el texto es lo que hemos hecho todos desde que existe la investigación cualitativa: extraer una cita, hacer un subrayado o una anotación en el margen, etc... como se muestra en la imagen de esta entrada. Aunque no todos, varios de estos programas (ATLAS.ti, por ejemplo) han tratado de emular procedimientos manuales y artesanales usados en el proceso de análisis cualitativo. Son herramientas que aportan productividad a nuestro trabajo. Efectivamente, si no cuento con formación teórica y metodológica el programa no va a hacer bueno mi trabajo. Pero tampoco, por fuerza, va a hacerlo malo. Desde Sociología Necesaria abogamos por un uso desmitificado de este tipo de software como herramienta de apoyo y avisamos de los riesgos que entraña.


En tercer lugar, cabe rechazar la generalización. No todos los usuarios de estos programas le damos el uso que se plantea.


Y, en cuarto lugar, la posición referida podría representar un discurso académico tradicional, que destaca lo erudito respecto a lo práctico o el libro en papel respecto al ordenador o la tableta. Como en épocas anteriores se pudo destacar la caligrafía respecto a la imprenta o, posteriormente, la máquina de escribir respecto al procesador de textos. Un discurso utilizado por colegas que, a buen seguro, no han usado nunca estas herramientas; o que, cuanto menos, les faltó pericia a la hora de analizar las prácticas de sus compañeros/as.



REFERENCIAS


Martín Criado, E. (2014) Mentiras, inconsistencias y ambivalencias. Teoría de la acción y análisis de discurso. En: Revista Internacional de Sociología, VOL.72. Nº 1, Enero-Abril, 115-138

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