domingo, 4 de marzo de 2018

¿MUESTRAS EN INVESTIGACIÓN CUALITATIVA?

En un seminario de Diseño de Proyectos que impartía, una participante me preguntó cómo calcular el tamaño muestral en una investigación cualitativa, pues en su grupo de investigación quien lo diseñaba era un estadístico.

En una investigación cualitativa no se requiere contar con la experticia de un estadístico, pues los criterios son muy diferentes.


En este tipo de estudio una de las técnicas más utilizadas es la entrevista en profundidad. Corbeta señala que podemos definir la entrevista “como una conversación: a) provocada por el investigador; b) dirigida a sujetos elegidos sobre la base de un plan de investigación; c) en número considerable; d) que tiene una finalidad de tipo cognoscitivo; e) guiado por el entrevistador, y f) sobre la base de un esquema flexible y no estandarizado de interrogación” (Corbeta, 2203: 368).


Primero, se parte de un marco teórico flexible, que no limite la investigación e impida ajustarla a la perspectiva de los sujetos investigados.


Segundo, inicialmente el muestreo puede tener un carácter teórico, es decir, la selección de los sujetos a investigar puede depender del marco analítico de partida.


Tercero, el tamaño muestral no responde a una representatividad estadística sino analítica o teórica, reorientada durante el proceso de investigación. La exigencia nace de cubrir una variedad de situaciones sociales, de discursos. No pretende reproducir sobre una escala reducida las características de una población.


Cuarto, el criterio de selección está centrado en el sujeto y no en las variables. Seleccionar sujetos situados socialmente, acordes a determinados atributos (género, edad, escolaridad, etnia, orientación sexual, etc.). El interés del investigador se orienta a la comprensión de los hechos sociales, a partir bien sea de una lectura global de los fenómenos o de la interacción con los sujetos que hacen parte del problema investigado. De ahí su carácter continuo y flexible.


Quinto, finalmente, el número de entrevistas a realizar lo definirá el “punto de saturación” de la información. Suspendemos el trabajo de campo cuando la información empieza a ser repetitiva, cuando sentimos que los sujetos entrevistados no elaboran discursos significativos para la investigación.


Cuando presentamos un proyecto de investigación ante una agencia financiadora, a pesar de no tener certeza de cuántas entrevistas vamos a realizar debemos hacer un cálculo aproximativo porque dicho número tiene implicaciones en cuanto a tiempo y costos. No es lo mismo considerar 60 entrevistas que 100. Esto tiene un alcance tanto en el Plan de Trabajo –tiempo- como en el Presupuesto de un proyecto –recursos económicos a destinar-. Por ello, debemos arriesgarnos a señalar un número de entrevistas con los respectivos atributos de los sujetos a entrevistar, además, de justificar analíticamente dicha selección. Independientemente que dicho número y los atributos de los sujetos cambien durante el trabajo de campo.


Por cierto, nos gustaría ver vuestras apreciaciones sobre este tema. ¿Os animáis a contarnos cómo veis esta difícil cuestión?



BIBLIOGRAFÍA


Corbeta, Piergiorgio, 2003, Metodología y técnicas de investigación social. Mc Graw Hill, España.

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